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MIKE HUMPHREYS (Editor), A Companion to Byzantine Iconoclasm
El llamado “iconoclasmo” se encuentra entre los tópicos más estudiados y polémicos de los estudios bizantinos. peter Brown, el año 1973, ya señalaba que existía una “crisis de sobre interpretación” al respecto. pese a ello, diversos estudios sobre el tema se siguieron, y se siguen, publicando. uno de los más recientes ejemplares de esta larga tradición académica es el companion editado por Mike Humphreys (university of Cambridge) y publicado por Brill. para entender el sentido y mérito de este libro es necesario volver brevemente sobre esta línea de investigación, particularmente los debates y posiciones de las últimas décadas.
Como señala el propio Humphreys en la introducción del libro, desde que los primeros estudios modernos abordaron la querella existió un considerable desacuerdo respecto a la causa y la exacta naturaleza del iconoclasmo bizantino. Para algunos, éste fue el resultado de influencias semitas u orientales en el cristianismo “helénico”, para otros una expresión de “cesaropapismo” en el conflicto multisecular emperador-Iglesia, o una lucha entre la Iglesia oficial y la religiosidad popular. pese a estos desacuerdos, existía cierto consenso respecto a la narrativa general sobre lo sucedido, los eventos, la cronología, y la relevancia del proceso.
Esta narrativa tradicional sostenía que, entre los años 720-730 d.C., una campaña masiva de destrucción de imágenes, apoyada por el emperador León III, inició una controversia de gran escala que dividió a la sociedad bizantina y sacudió sus cimientos por más de un siglo. El período habría estado marcado no solo por debates, sino también por destrucción de imágenes, persecuciones y revueltas hasta que finalmente, la resistencia de los iconódulos llevó a la restauración de la ortodoxia. por tanto, la querella habría sido una crisis total que marcó un antes y un después en Bizancio, y una de las mayores controversias en la historia del arte y de la cristiandad.
Sin embargo, a partir de los años 70s, una serie de investigaciones comenzaron a discutir algunos aspectos de esta narrativa, cuestionando las exageraciones y distorsiones de las principales fuentes bizantinas, casi todas escritas por defensores de los íconos, y destacando las limitaciones en nuestro conocimiento del período. La visión emergente fue que, probablemente, la destrucción de imágenes y las persecuciones no fueron tan sistemáticas, ni los emperadores iconoclastas tan despóticos o impopulares.
En los años 80s y 90s, surgió un escepticismo aún más radical de la mano de autores como Marie-France Auzépy y paul speck. Estos investigadores argumentaron que los iconódulos rescribieron completamente la historia del período, tergiversando hechos e interpolando textos a gran escala. por ejemplo, la destrucción del ícono de la puerta del Chalke por León III, fue considerando un mito. La mayoría de las fuentes que describen veneración de imágenes anteriores a la querella, serían interpolaciones. según esta visión, el iconoclasmo no fue la cuestión más relevante del período, sino un aspecto específico de las transformaciones de la época. Además, la destrucción de íconos y las persecuciones fueron episódicas y limitadas.
La síntesis en dos volúmenes (2001, 2011) publicada por Brubaker y Haldon es, en cierto sentido, la culminación de esta nueva línea de estudios caracterizada por el escepticismo hacia las fuentes escritas, por minimizar la intensidad de la controversia y enmarcarla en un contexto más amplio de transformaciones socioculturales. Brubaker y Haldon realizaron una amplia revisión y critica de fuentes, y tras ella, una reinterpretación global del fenómeno, y del período. Entonces, si una colosal síntesis de más de mil páginas fue publicada hace poco más de una década ¿Cuál es la necesidad de un nuevo libro sobre el tema, y cuál es su contribución?
pues bien, en la actual academia una década es bastante tiempo, y la cantidad de estudios publicados en los últimos diez años es considerable. Además, la pertenencia al género de los companions, que se ha vuelto extremadamente popular en la academia angloparlante, le entrega a este libro una naturaleza claramente distinta.
Como su nombre y estructura sugieren, la obra pretende ser una guía introductoria y actualizada para el estudiante o especialista que quiera adentrarse en el tema del iconoclasmo bizantino. por tanto, el companion no realiza una revisión cronológica del período, ni intenta tampoco presentar una interpretación global del mismo. Los capítulos del libro están escritos por doce autores distintos, y aunque existen entre ellos varios planteamientos comunes, la obra no pretende tampoco presentar una visión única y monolítica del fenómeno. En su lugar, el libro editado por Mike Humphreys ofrece una aproximación, introductoria, pero detallada y profunda, a los principales temas, problemas, preguntas y ámbitos de investigación relacionados con el iconoclasmo bizantino. La obra se abre con una introducción de más de cien páginas, escrita por Humphreys, que explora las principales controversias y perspectivas sobre el tema, realiza una breve síntesis de su contexto histórico, y plantea las principales cuestiones que serán abordadas en el libro.
Los dos primeros capítulos, escritos por r. M. Jensen y B. Anderson, respectivamente, exploran el origen y rol de las imágenes en el arte cristiano, desde el cristianismo primitivo hasta el advenimiento de la querella iconoclasta. Esta sección puede entenderse como una actualización de los planteamientos clásicos realizados por Kitzinger, Baynes, Breckenridge, Grabar, y, más recientemente, Belting. Ambos capítulos ayudan a situar la controversia bizantina en la historia del arte cristiano.
Los siguientes tres capítulos, escritos por J. W. Torgerson, r. price, s. Feist, y Humphreys, abordan los distintos tipos de fuentes y sus problemas, desde las crónicas hasta la cultura material, pasando por cartas y hagiografías. Esta sección es una notable guía respecto a las fuentes disponibles y algunos sus problemas, y puede considerarse complementaria con el primer volumen de la síntesis de Brubaker y Haldon.
En el capitulo seis, Humphreys ofrece una perspectiva matizada de la primera fase del iconoclasmo, argumentando que fue un fenómeno significativo en su propio tiempo, ligado a la ideología imperial cristiana, el rol de la figura imperial y sus deberes. Hubo algunos episodios de destrucción y persecución, y grandes debates. sin embargo, no existió una campaña de destrucción de íconos a gran escala ni persecuciones sistemáticas. El iconoclasmo fue solo una de las múltiples facetas de la cultura bizantina del período. Fue la posterior reinterpretación iconódula de la historia la que inventó la idea del iconoclasmo como fuerza dominante de la época. En el capítulo siete, M. Auzépy hace lo propio con el interludio y la segunda fase del iconoclasmo. La autora muestra muchos de los vacíos en nuestro conocimiento del período, considera varios de los problemas en las fuentes, y analiza las transformaciones en las relaciones entre el emperador y la Iglesia.
Los siguientes tres capítulos, escritos por A. Louth, K. parry, y D. Krausmüller abordan los problemas, debates y argumentos teológicos relacionados con la querella iconoclasta. Estos capítulos muestran la emergencia progresiva de una teología específicamente dedicada a las imágenes como respuesta a la controversia. un aspecto muy interesante explorado aquí es la compleja relación entre iconoclasmo, el culto a los santos y sus reliquias, y el monasticismo. pareciera ser que uno de los aspectos claves de la querella tuvo relación con el entendimiento de lo sagrado, y el control de los medios de acceso a lo sagrado.
Los últimos dos capítulos expanden el ámbito geográfico de la obra más allá del Imperio romano de Oriente. Mientras Christian C. sahner analiza el problema de la imagen en el Islam, y la cuestión de su supuesto “iconoclasmo”, Thomas F. X. Noble aborda la influencia e impacto del iconoclasmo biz en el Occidente Medieval. Ambos capítulos ayudan a entender el fenómeno en un contexto más amplio e incluir perspectivas comparativas.
Existen algunos temas y aspectos que, en mi opinión, esta compilación podría haber abordado con mayor detalle. un capítulo dedicado a la memoria de la controversia en los siglos venideros habría ofrecido una interesante mirada a la construcción de la idea del iconoclasmo como crisis total. si bien las reliquias son mencionadas en los primeros capítulos, y consideradas desde un punto de vista teológico por Krausmüller, habría sido beneficioso profundizar en el desarrollo de los eulogiai y de las imágenes acheiropoieticas, posibles objetos de transición entre el culto a las reliquias y el culto a los íconos. Humphreys menciona la existencia de tempranos estudios sobre el tema, pero la compilación podría haber incluido una revisión historiográfica más completa (incluyendo estudios clásicos como Gibbon, Finlay, paparrigopoulos...). price aborda el tema de las interpolaciones, pero habría sido bastante útil un examen más detallado de los textos que se consideran interpolados y los debates al respecto. por otro lado, como guía introductoria al tema para el estudiante habría sido ventajoso incluir en este companion un glosario de términos académicos, personajes y fuentes relacionados al tema.
sin embargo, con más de quinientas páginas el libro es ya una obra contundente, y resulta claro que sus autores debieron realizar una difícil tarea de selección. Los temas y problemas abordados son claramente los más representativos y relevantes. Además, es meritorio que la compilación logra ser bastante amplia en términos temáticos sin perder profundidad de análisis.
Finalmente, no cabe duda alguna de que A Companion to Byzantine Iconoclasm editado porHumphreys es una obra excelente. El libro funciona como una guía, útil tanto para introducirse en el tema por primera vez, como como para ponerse al día con el “estado de la cuestión”, y los más recientes debates y perspectivas. Además de funcional, es también un aporte significativo a la comprensión del fenómeno del iconoclasmo, una obra colectiva que viene repensar los problemas y las fuentes, complementar y matizar los estudios de las últimas décadas, y ofrecer una interpretación novedosa de uno de los temas más estudiados en el área.1
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Author
Joaquín Serrano del Pozo
University of Edinburgh, Reino Unido, Reino Unido