Una prelección sobre legitimidad

Autores/as

  • Álvaro D'ors Profesor de la Facultad de derecho Universidad de Navarra (España)

Resumen

La contraposición de legitimidad y legalidad apareció como reacción contra la Revolución Francesa: para justificar la resistencia de la monarquía borbónica destronada a la nueva legalidad constitucional jacobina, y se impuso luego como criterio estabilizador de la política europea cuando las antiguas dinastías fueron restauradas, tras la caída de Napoleón. Si la Revolución Francesa había sustituido la legitimidad por la legalidad, la nueva legalidad que impone ahora el Congreso de Viena se funda precisamente en la antigua legitimidad. Pero, de nuevo, desde mediados del siglo XIX, el legitimismo monárquico cae en crisis, y la nueva democracia liberal viene a prescindir de todo miramiento de legitimidad, para identificar ésta con la pura legalidad constitucional. La culminación de esta reducción de la justificación del poder político a pura legalidad puede verse especialmente clara en Hans Kelsenl cuya "doctrina pura del Derecho" campeaba como dominante en mis años de estudiante universitario. Para Kelsen, la legitimdad se funda exclusivamente en la legalidad. En realidad, la democracia liberal podía prescindir del término legitimidad, y así se hizo ordinariamente.